Desde finales de 1916, y especialmente a principios de 1917, las limitaciones de la economía, junto con la deficientes preparación del ejército fueron la causa de una serie de derrotas, lo que, aunado a la prolongación de la gran guerra o Primera Guerra Mundial, provocaba efectos asoladores sobre la población rusa: en las principales ciudades los artículos comestibles encarecían enormemente y las masas se lanzaron al saqueo de las tiendas para sobrevivir; las protestas campesinas se multiplicaron y los obreros organizaron una serie de huelgas, que desquiciaban más la economía, a lo que hubo de agregarse el descontento de los soldados, que comenzaron a amotinarse en contra de los oficiales y a ver con simpatía las movilizaciones populares, con las que terminaron por identificarse.
En febrero de 1917, el pueblo, ayudado por varias divisiones del ejército, se apoderó de Moscú, la capital tradicional rusa y de Petrogrado, la capital industrial. El zar Nicolás II abdicó (renunció a su cargo honorífico), por lo que la Asamblea Legislativa (Duma) organizó el denominado gobierno provisional, bajo la presidencia del príncipe Lvov. Por las mismas fechas, tuvo lugar la primera reunión del Consejo llamado soviets de Diputados Obreros, en cuya práctica existieron dos poderes simultáneamente:
- El gobierno provisional. Se integraba por burgueses de las tendencias “kadete” y liberal, pero además con mencheviques y socialrevolucionarios.
- Los soviets o consejos. Representaban a soldados, obreros y campesinos, y que en la práctica tenían algunas funciones del gobierno local. Mencheviques y
socialrevolucionarios los controlaban, aunque en ellos crecía la influencia de
los bolcheviques.
Los partidos que integraron el Gobierno Provisional fueron: el de los Monárquicos, organización política poderosa durante la época del zarismo y que al paso de la revolución dejó de existir abiertamente; los Kadetes, denominado así de acuerdo con las iniciales del nombre del Partido Demócrata Constitucional (K.D. en ruso), integrado por liberales pertenecientes a las clases poseedoras; el Partido del Trabajo, cuyos miembros, también conocidos como trudoviques, eran intelectuales moderados y un número reducido de obreros y campesinos, quienes al momento de estallar la revolución eran liderados por Alexander Kerensky.
Alexander Kerensky, líder del Gobierno Provisional. |
Los partidos que influyeron notablemente a los soviets fueron: los mencheviques, socialistas moderados y en cuyos orígenes destacó la figura de León Trotsky; el partido Social Revolucionario, que al principio era partidario de la revolución y que liderado también por Kerensky terminó representando a la clase media y a los grandes terratenientes; finalmente, representando a los obreros, a los campesinos y a los soldados, se encontraban los bolcheviques que, para diferenciarse de los anteriores, tomaron posteriormente el nombre de Partido Comunista, cuyo objetivo principal era la toma del poder político mediante la insurrección armada.
Retrocediendo un poco en la historia de este último partido, encontramos que hacia 1888 diversas organizaciones obreras habían fundado el Partido Social-Demócrata Ruso, del cual se había desprendido en 1903 el grupo bolchevique, para construir una fracción marxista ortodoxa, opuesta al grupo moderado o menchevique, que los acontecimientos revolucionarios jugó un papel oportunista y de alianza con la burguesía.
Desde el mes de abril, el principal dirigente bolchevique, Lenin, había vuelto a Rusia después de un largo exilio por varios países europeos y se había puesto a la cabeza de su partido.
Vladimir Ilich Ulianov, líder de los bolcheviques. |
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